¿Cómo hacer un plan de comunicación para nuestro proyecto?

Invertir en comunicación online un valor seguro

¿En qué medida nos compensa poner en marcha una campaña de comunicación y márketing online que ayude a promocionar nuestra empresa? Seguramente será la pregunta que muchos nos hagamos a la hora de emprender un negocio, replanteárnoslo o simplemente intentar que nuestros números mejoren. Las razones para aprovechar la amplia plataforma de visibilidad que es internet son infinitas, pero no debemos hacerlo de cualquier modo, sino siguiendo una estrategia bien planificada de estudio de audiencias, mercados, inversión, competencia, contenidos, herramientas y medición de resultados completa, sólida y perdurable en el tiempo. Relatamos aquí los motivos y los pasos a seguir para diseñar y poner en práctica nuestra campaña de comunicación y márketing online.


Beneficios de un plan de comunicación y márketing online para nuestro negocio

Lo primero que tenemos que dilucidar es de qué manera nos va a rentabilizar la estrategia comunicativa en la red, como paso previo a ponerla en marcha. Encontramos que, desde una perspectiva empresarial, debemos considerar cinco puntos clave:

  • Transformación digital. Es un hecho que la sociedad se halla en un momento de conversión definitiva hacia las formas digitales que ha sido decididamente acelerada por las circunstancias de pandemia mundial que vivimos. En este tiempo de distancia e incertidumbre, los negocios precisan más que nunca de reinvención y originalidad, de trasladar, al menos, parte de su presencia a la red, con lo que una buena estrategia de comunicación sustentará tal objetivo.
  • Visibilidad. Muy ligada a la anterior, esta cuestión descansa directamente en las metas de captación de clientela y venta de nuestros productos o servicios. Comunicar apropiadamente significa decirle a nuestros potenciales compradores que estamos aquí y que tenemos algo que ellos quieren y/o necesitan.
  • Identificación del target. Gracias al plan de comunicación, es posible segmentar a nuestro público y reconocer donde están nuestros potenciales clientes, a los que más nos conviene dirigir nuestro negocio. De la misma manera, podemos trabajar la fidelización llegando hasta ellos a través de los diversos canales por los que optemos.
  • Creación de nuestra marca acorde con nuestra imagen corporativa y producción de un discurso coherente. Estos tres aspectos deben ir siempre entrelazados y resultan de vital importancia para una empresa. Por eso, la estrategia comunicativa se ocupa de crearlos, coordinarlos y otorgarles uniformidad. La meta a alcanzar es la adquisición de una personalidad muy marcada que llame la atención en la red, que nos haga fácilmente identificables a ojos de nuestros clientes y que nos destaque entre nuestra competencia.
  • Desarrollo de la estrategia empresarial. Es preciso tener en cuenta y definir muy bien el tipo de plan empresarial que queremos llevar a cabo, pues una estrategia de comunicación bien articulada posibilita la puesta en marcha del mismo. Si bien, ambas estrategias, comunicacional y empresarial, deben estar perfectamente coordinadas y caminar de la mano, persiguiendo idénticos objetivos.  

Análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas, Oportunidades)

Una vez precisadas nuestras motivaciones, el paso inicial constituye el análisis tanto interno como externo que debemos realizar, identificado con las siglas DAFO. Las debilidades y las fortalezas corresponden al examen interno, que nos dará como resultado conocernos a nosotros mismos dentro de nuestro entorno competitivo y de consumo; saber qué servicios ofrecemos y cómo lo hacemos, si proporcionamos algo al cliente que suponga un valor añadido dentro de nuestro nicho o si, por el contrario, carecemos de cierto servicio que podría darse en nuestro sector. Por ejemplo, si somos una pastelería en una ciudad pequeña que ofrece tartas sin azúcar para diabéticos, podemos considerar que tenemos una ventaja competitiva y, por tanto, clasificarla como fortaleza.

En cuanto a las amenazas y las oportunidades, nos otorgan rasgos de análisis externo, esto es, debemos conocer, pongamos por caso, qué ventajas tiene la competencia que puedan suponer un peligro para nosotros en ese momento o  qué oportunidades nos puede ofrecer determinada situación política o social que se está dando. Volviendo al ejemplo de la pastelería, sería posible ver una amenaza en comprobar que algunos de los locales de la competencia están realizando entregas a domicilio durante los cierres perimetrales de las ciudades, lo cual les están propiciando un alto índice de ventas, cuando nosotros no poseemos tal servicio.


Concreción de objetivos

De cara a definir nuestra estrategia comunicativa, resulta fundamental el marcar las metas que deseamos alcanzar como empresa, clasificando las mismas bajo un baremo de cuantitativas y cualitativas. Las primeras, como su propio nombre indica, hacen referencia a objetivos que se puedan cuantificar, como por ejemplo, los números (el margen de beneficio anual que queremos conseguir), sin embargo, las segundas nos hablan de aspectos no cuantificables, como sería el lograr determinado posicionamiento en la web para finales de año. Sean cuales sean nuestros propósitos, deben presentarse siemprecomo realistas y fruto de un análisis consciente y refutado. En inglés existe un acrónimo que da como resultado la palabra SMART (listo, inteligente), cuyas siglas resumen los rasgos que deberían tener nuestros objetivos para poder ser llevados a buen puerto: concretos, mesurables, alcanzables, relevantes y con fecha límite.


Acotación de nuestro target o público objetivo

Este punto es, quizás, uno de los más importantes en cualquier tipo de acción comunicativa que se precie, ya sea online u offline. En el siglo pasado asistimos a la publicidad de masas, con anuncios que, gracias a la radio y la televisión, llegaban a todos nuestros hogares fuéramos de la condición que fuéramos o tuviéramos los intereses que tuviéramos. Hoy este paradigma ha cambiado radicalmente, dado que el público de la red ha devenido en un agente activo del proceso de intercambio comunicacional, que elige si desea oírte y cómo y cuándo desea hacerlo. Dadas las circunstancias, se hace impensable que podamos dirigir nuestras campañas a la masa de la población en general esperando a ver qué peces pican en nuestra caña. La diversificación es la llave del presente y, posiblemente, también del futuro.

Para segmentar a la audiencia podemos elegir múltiples variables que se dividen en dos grandes conjuntos en función de si ponemos el foco en el cliente o en lo que a nosotros nos interesa de ese cliente. Por ejemplo, la edad, la localización o los hobbies pertenecen al primer grupo, y la rentabilidad o el volumen de ventas, al segundo. Asimismo, podemos resumir en cuatro puntos principales los pasos que perseguimos a la hora de segmentar a nuestro público desde la perspectiva empresarial: atracción de clientes, mantenimiento, fidelización y vinculación definitiva a nuestra marca.

Por otro lado, en muchas estrategias de márketing actuales se diseña el boceto de un cliente ideal y sumamente definido, lo que da una noción de hasta qué punto las marcas consideran importante calar en un nicho determinado de la población web para subsistir. También puede ocurrir en ocasiones que, una vez hecha nuestra segmentación, caigamos en la cuenta de que poseemos varios públicos objetivos. Siguiendo con el caso de la pastelería, podríamos encontrarnos con que una de nuestras audiencias son los diabéticos, pero, como hacemos muchas tartas de cumpleaños también con azúcar, las familias con hijos pequeños igualmente constituyen un foco importante para nosotros. ¿Qué ocurre entonces? No tenemos que preocuparnos demasiado, ya que la gestión de varias audiencias concretas a la vez es posible, incluso existen herramientas muy populares, como Facebook, que nos dan la oportunidad de segmentar las publicaciones para nuestros diferentes clases de target.


Creación de nuestro discurso, imagen corporativa y marca

La elaboración de estos tres elementos, como dijimos anteriormente, debe seguir una línea paralela que está, a su vez, interconectada con la visibilidad que alcancemos en la web, pues para construir nuestra marca es obvio que necesitamos poseer cierta presencia en internet y, al mismo tiempo, ésta logra consolidarse gracias a la imagen de marca y a la uniformidad de nuestro discurso. En lo tocante a este último, es preceptivo que siga la misma línea en todos los canales de comunicación que utilicemos porque solo así conseguiremos que nuestros clientes nos localicen entre todo el tráfico de la web y reconozcan con facilidad las necesidades precisas que cubrimos. El mensaje que transmitamos, por supuesto, debe estar adaptado a nuestro público objetivo, debe ser sencillo y directo, con unos lenguaje y tono claramente adaptados a nuestro target. Otro de los valores deseables es la brevedad, puesto que aquello de “lo bueno, si breve, dos veces bueno” se materializa más que nunca en la web, la reina del consumo fugaz. Por ello, para captar la atención en medio de la jungla que es internet, necesitamos sorprender en un muy corto espacio de tiempo.

Refiriéndonos ahora a la imagen corporativa y a la marca, los aspectos de identidad visual son fundamentales. Hablamos, por ejemplo, del eslogan, el nombre, el logotipo o el diseño de nuestra página web y RRSS, incluyendo la elección de los colores, la tipografía e incluso la colocación de los contenidos en el espacio. Todo ello, en última instancia, debe reflejar los valores que le adjudicamos a nuestro negocio, es decir, nuestra misión y nuestra visión. A partir de ahí, cabe poner en marcha una campaña de branding (dar a luz nuestra marca y asentarla en el mercado)que aúne todos los elementos descritos teniendo en cuenta que es un proceso que lleva su tiempo y su esfuerzo, y cuyos frutos no se recogen en un solo día.


Desarrollo de los planes de comunicación interno y externo

Cuando llega el momento de poner en práctica toda la labor realizada anteriormente, debemos escoger, de entre los diversos medios existentes, cuáles serán los encargados de canalizar nuestra campaña. Algunos de los más destacados son: una web propia, un blog corporativo, las RRSS (que tratamos en el siguiente punto de manera específica), el mailing, las newsletters o los webinars (seminarios web). Si bien es cierto que los mentados instrumentos pueden servirnos tanto para la comunicación externa como para la interna, hay algunos que son más idealmente empleados en una o en otra. Por ejemplo, el mailing, que es la acción de publicitarnos y comunicarnos a través del e-mail, funciona muy bien para la comunicación interna, dado que, normalmente, los empleados de una marca dada tienen un interés mucho mayor en abrir los correos empresariales que una persona ajena.

Hablando de comunicación interna precisamente, en los últimos tiempos hemos observado una preocupación creciente por la misma, consecuencia, con toda probabilidad, de la toma de consciencia por parte de las empresas de que la adherencia a la imagen corporativa y la creación de marca empiezan por los propios empleados, que son los que pueden desarrollar un fuerte sentimiento de pertenencia que los lleve a ser los primeros embajadores de la marca. La percepción positiva del negocio por parte de los trabajadores, por tanto, es un tema que también debe ser objeto de nuestra estrategia de márketing y comunicación.

En lo relativo a la comunicación externa, su principal objeto debe ser alcanzar a nuestro público objetivo. Es aquí, entonces, donde definimos las acciones concretas a llevar a cabo en los diferentes canales, por ejemplo, si hemos decidido emplear Facebook para subir contenidos relacionados con nuestra marca, precisamos determinar el número de publicaciones semanales que haremos, su formato o la hora de publicación.


Elaboración de una estrategia en Redes Sociales

Suele decirse que es preferible ser fuerte en una red social que estar en muchas con escasa presencia y sin una estrategia clara, porque tal condición podría debilitar nuestra imagen de marca y llevarnos a la ruina. Por tal motivo, es muy importante, dentro de la confección de nuestra estrategia de comunicación externa, considerar las RRSS como un eje de la misma y planificar al detalle las acciones que llevaremos a cabo. En este punto, por tanto, cobra gran relevancia el estudio y conocimiento de cada una de las RRSS y del tipo de oportunidades o prestaciones que pueden ofrecernos, sabiendo que, a veces, lo que a priori puede parecernos una virtud, si no la sabemos emplear se vuelve en nuestra contra destrozando la estrategia de comunicación. A este respecto, recomendamos la lectura del artículo Herramientas online para visibilizar tu negocio, que, seguro, arrojará luz sobre las herramientas más adecuadas para canalizar la estrategia de comunicación y márketing online conveniente a cada negocio.


Evaluación y análisis de resultados, incluyendo un plan de contingencia para situaciones de crisis

Esta cuestión, que puede descuidarse en ocasiones, resulta crucial a la hora de lograr el éxito de nuestra campaña de comunicación online, porque uno de las ventajas incuestionables del márketing online es la precisión en la medición de resultados. Así, es posible monitorear nuestra estrategia mientras la estamos poniendo en práctica y una vez finalizada. Un punto muy positivo, por lo tanto, es el hecho de que, caso de obtener malos resultados o una respuesta no esperada, podemos redirigir la estrategia en cualquier momento, visto que no debemos perder nunca el horizonte de hacer coincidir resultados con objetivos propuestos.

Existen, por fortuna, un sinfín de herramientas que realizan la labor de medición de forma automática y sencilla, pero es que, además, algunas plataformas como Facebook o Google, cuentan con sus propios instrumentos de análisis de datos, que nos hacen saber, por ejemplo, cuántos clics al día hemos tenido en una publicación o un anuncio, o el alcance social que tiene dicha publicación. Igualmente, si se nos ocurriera lanzar un concurso promocional, podríamos comprobar el número de participantes, la cantidad de “me gusta”, de veces que lo han compartido y un largo etcétera.

De todas maneras, uno de los mayores beneficios de la analítica web es comprobar qué canales están respondiendo mejor a nuestra campaña de comunicación online y de qué canales podemos prescindir, lo que nos hace rentabilizar nuestras inversiones, además de conocer de primera mano el comportamiento y la actitud de nuestro público objetivo para poder afinar nuestra estrategia. Sea como fuere, la inversión en comunicación online está caracterizada por la personalización de nuestra apuesta, lo que nos proporciona la seguridad necesaria para apostar por el futuro de nuestro negocio.

¿Necesitas que te echen una mano?

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EL ESCAPARATE DE TU NEGOCIO. ¿pORQUÉ INVERTIR EN VISIBILIDAD?

Internet ha cambiado radicalmente nuestras vidas; la manera en que vemos nuestro entorno y nos relacionamos con él ya nunca será la misma. De hecho, esto es así hasta un punto que quizás todavía no alcanzamos a comprender. Dicha transformación ha tocado desde nuestras relaciones sociales más íntimas hasta nuestro trabajo y día a día. Por eso, nos guste más o menos, hemos de hacer el esfuerzo de subirnos al tren de los tiempos y no dejar de aprovechar las ventajas que su trayecto nos ofrece. Laboralmente hablando, una de ellas es, sin duda, la publicidad en la red, que, entre otras cosas, nos regala la posibilidad de establecer una relación más humana y cercana con nuestros clientes, fidelizarlos y, al mismo tiempo, dar a conocer nuestro negocio de una forma nunca antes concebida. A continuación desglosamos las claves por las cuales embarcarse en esta apasionante aventura.  


¿Cómo hemos llegado aquí?

“Usted convénzalos de que posee algo realmente beneficioso y entonces el reconocimiento de su talento no tendrá límites… por supuesto, sus motivos han de ser nobles y justos (…)

¡Qué voz! ¡Qué voz! Resonó profunda hasta el final. Sobrevivió para ocultar entre los magníficos pliegues de su elocuencia la estéril oscuridad de su corazón.”

                                                           El corazón de las tinieblas, Joseph Conrad.

Lo primero que hemos de tener claro es qué es aquello a lo que llamamos márketing o publicidad. Sus cimientos son tan antiguos como las civilizaciones humanas y están intrínsecamente ligados a la psicología y a la sociología, ciencias que estudian nuestro comportamiento como especie. Por lo tanto, podemos afirmar que el hecho de alabar y resaltar las virtudes de un producto propio ante los demás con el objetivo de que nos den algo valioso por él a modo de trueque se produjo de forma natural y prácticamente intuitiva. De igual manera, aunque tratándose de personas, ocurrió con la propaganda política, dado que, el que mejor supiera venderse entre sus ciudadanos, tenía más posibilidades de ser elegido. Y es aquí donde reside uno de los ejes del funcionamiento de la publicidad, imprescindible a tener en cuenta; tan importante o más que la calidad de un producto es saber venderlo, pues, por muy bueno que éste sea, si no obtiene reconocimiento, será desechado.

Ya en los tiempos de las grandes culturas de la antigüedad, como la egipcia, la griega o la romana, era costumbre que los comerciantes llegasen a una nueva ciudad cantando las bondades de sus mercancías a voz en grito entre quienes quisieran oírlos. Sin embargo, la moderna publicidad, como la conocemos hoy, se desarrolló gracias a un hito histórico: la invención de la imprenta en 1450, lo cual dio la posibilidad de que un único mensaje escrito pudiera llegar a una gran cantidad de gente, es decir, a lo que hoy conocemos como el gran público. Posteriormente, en el siglo XVIII, aparecieron las primeras revistas y, con ellas, los anuncios. Siempre ligados, por ende, a la prensa escrita, la información y la publicidad caminaron de la mano durante la mayor parte de la vida de esta última.  Tal dinámica se prolongó en el siglo XX, con la invención de la radio y la televisión y el nacimiento de los medios audiovisuales, que incorporaron a sus programaciones contenidos publicitarios que les suministraban grandes ingresos.

Como vemos, la publicidad no se concebía desligada de la comunicación tradicional, y sus leyes implicaban unidireccionaldad, o lo que es lo mismo, el emisor de los anuncios decidía cuándo y cómo contactar con el receptor, que se situaba en una posición pasiva, desde la cual no era capaz de participar ni de intervenir en el proceso de construcción de la comunicación. Hasta ahora.



¿Cómo funciona la publicidad dentro de la Era Digital?

Antes de nada, debemos tener claro que el objetivo último sigue siendo el mismo: la venta, aunque la manera de perseguirlo haya cambiado. Dicho esto, la publicidad no ha sido una excepción a todas las transformaciones mencionadas, de modo que, por primera vez en su historia, ha sufrido un profundo cambio en el sistema de leyes que la rigen. Si con respecto al márketing tradicional hablábamos de un emisor que dominaba el canal y el proceso de comunicación y de un receptor/consumidor pasivo, en el márketing online lo que tenemos es un proceso de comunicación bidireccional, en el que el receptor/consumidor adquiere un papel activo y se relaciona de igual a igual con el emisor/vendedor. En resumen, el consumidor se ha convertido en el eje y motor de la publicidad en internet, en aquel que define el éxito o el fracaso de un producto. Por lo tanto, resulta esencial construir nuestro proceso de comunicación publicitaria en base a esto. Por ejemplo, tradicionalmente las empresas ignoraban las quejas de los consumidores o evitaban en la medida de lo posible el contacto con ellos (y podían permitírselo), ahora es todo lo contrario, pues el márketing online funciona manteniendo una relación fluida y personal con los clientes a través de las redes sociales. Escucharlos, resolver sus dudas y atender sus demandas crea fidelización y nos hace de guía para dirigir nuestro negocio a buen puerto.

Otro punto que diferencia la publicidad tradicional del márketing online son los contenidos, algo intrínsecamente relacionado a lo anterior, puesto que el consumidor, desde su posición de poder, ya no acepta un torpedeo inclemente de reclamos publicitarios sin sentido, sino que exige algo más de parte de nuestra empresa a cambio de prestarnos su atención y su tiempo, es decir, contenidos de calidad que puedan adecuarse a sus intereses, a sus hobbies, a su visión del mundo y de futuro. El márketing digital se vuelve, en consecuencia, más humano, más cercano y menos engañoso, dado que ha de trabajar las relaciones con sus clientes a través de contenidos que transmitan valores, ideas y utilidad. Con ánimo de cumplir tales expectativas y de hacer eficiente nuestra comunicación, se hace necesario entonces dirigir muy bien las campañas hacia un público determinado a quien enfocar la creación de nuestros contenidos, lo que en publicidad se llama target o público objetivo. Por poner un ejemplo, si regentamos una pequeña pescadería, lo primero que tenemos que pensar es ¿quiénes son nuestros clientes potenciales?, Seguramente familias del barrio o jóvenes adheridos a movimientos de slow food y comercio sostenible, ¿y qué tipo de contenidos podrían interesarles? Algunas buenas ideas serían: artículos o vídeos sobre recetas de pescado, sobre  aprovechamiento de sobras o sobre los beneficios de comer pescado en la salud.

Ligado a estas cuestiones, está el hecho de que las campañas de márketing online se materializan, en gran medida, a través de las Redes Sociales (RRSS), que, como su propio nombre indica, son, en esencia, canales de socialización, algo que siempre debemos tener en perspectiva. Esto es, los clientes a los que nos dirigimos empleando, pongamos por caso Facebook, Instagram o Twitter, esperan de nosotros interacción, y nuestra campaña publicitaria no funciona si no se produce retroalimentación (feedback) por ambas partes mediante estas redes. Pero, al igual que sucede con el enfoque del target, también hemos de conocer las RRSS, saber para qué sirve cada una y cuál nos viene mejor dependiendo a quién nos estemos dirigiendo. Sería del todo infructuoso, por ejemplo, si tenemos una mercería, servirse de TikTok, una red social de vídeos cuya gran mayoría de usuarios son adolescentes, porque difícilmente tal público adquirirá nuestros productos o revertirá en clientes fidedignos.


¿Por qué el márketing online es bueno y/o necesario para tu negocio?

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Como hemos visto hasta ahora, tener presencia en la red, y no solo presencia, sino una buena presencia, laboralmente hablando, hace, para empezar, que existamos para una gran cantidad de gente que puede llegar a convertirse en consumidora de nuestros productos y perpetrar que nuestro negocio funcione. La comunicación tradicional está obsoleta, hoy toda buena campaña de medios o publicidad que se precie pasa por la web, y, sin embargo, no debemos caer en la apariencia engañosa de facilidad y de “todo vale” que de primera impresión puede ofrecernos. Porque, por más que nos parezcan simples unas cuantas publicaciones en Instagram o unos tweets de pocas palabras, detrás de una campaña efectiva de márketing online existe todo un plan de trabajo perfectamente elaborado y estudiado, con sus propios plazos y su propio calendario programado. Así, en este tipo de estrategias nunca hay nada aleatorio o caprichoso; cada publicación posee un sentido, incluso la hora o el día en que tiene lugar. Por tal motivo, debemos tener muy presente que de cara a hacer márketing online eficaz no podemos lanzarnos en una carrera frenética de publicaciones sin objetivo alguno pensando que gana el que más cantidad de contenido es capaz de generar. Nada más lejos de la realidad, si superamos los prejuicios y nos ponemos en manos profesionales, veremos que las ventajas de este tipo de publicidad son infinitas.

Para comenzar, podemos poner en marcha una campaña decente con un presupuesto modesto, visto que las posibilidades de promocionarnos en RRSS con una baja inversión inicial son muchas. Además, tenemos la oportunidad de controlar el retorno de inversión como nunca antes, pues existen herramientas capaces de medir con exactitud los resultados que vamos obteniendo así como de monitorear la respuesta de la clientela. Podemos, por tanto, averiguar a cuanta gente estamos llegando, cuanta de esa gente acaba en nuestra web y cuanta ha adquirido finalmente uno de nuestros productos. Por otro lado, resulta muy atractiva la eventualidad de llegar a una gran cantidad de público que de otro modo jamás sabría de nosotros, esto es, de romper los límites que la publicidad tradicional nos había impuesto. En tal sentido, es importante medir cuantos de nuestros seguidores en RRSS son compradores, o sea, clientes reales, para evitar crear una burbuja que luego redunde en malos números para nuestro negocio, aunque este es un tema que merece un capítulo aparte.

Otro aspecto igualmente positivo es la ocasión que la web nos ofrece de anticiparnos a las malas críticas o incluso solventarlas de manera satisfactoria para nuestro negocio. Por ejemplo, antaño era complicado parar la mala reputación que un cliente descontento podía crearnos entre nuestros vecinos mediante el boca a boca, no obstante, a día de hoy y gracias a los sitios web que recogen las opiniones de los internautas, como TripAdvisor, podemos responder a nuestros clientes dando nuestro punto de vista o incluso compensarlos de alguna manera ofreciendo alternativas. En este aspecto, son numerosas las ocasiones en que el cliente mejora su percepción solo con el mero hecho de que le contestemos.

Por último, y como valor añadido, hay que considerar el hecho de que la publicidad en internet sostiene el emprendimiento gracias a la autonomía y a la ayuda que proporciona a la hora de poner en marcha un pequeño negocio desde cero o contribuir a remontarlo. Además, en este momento en el que la reconstrucción económica será un imperativo durante los próximos años, muchas empresas deberán valerse de unas herramientas digitales que les darán la oportunidad de reinventarse y subsistir.  


Destacar en internet es salud para tu negocio

Algo extraordinario de internet es que da cabida a todos, ya que una buena campaña de márketing, por muy pequeño que sea nuestra empresa, nos permite destacar, situación impensable cuando las grandes corporaciones publicitarias dominaban el mercado. Hay más competencia, eso es cierto, pero también más igualdad y más libertad creativa.  La iniciativa, el estudio, el talento y la originalidad son premiados independientemente de los recursos con que contemos. De igual forma, conseguir posicionarse bien en los motores de búsqueda más populares de la web no es un imposible solo reservado a unos pocos, sino que depende de nosotros mismos, del trabajo que llevemos a cabo, la constancia y la calidad de nuestras campañas de márketing online. Por todo ello, y teniendo en cuenta que hay poco que perder y mucho que ganar, el mejor reflejo de una empresa, su escaparate en términos actuales, es, sin duda, una buena campaña de márketing digital que cuide, mime y haga funcionar los engranajes del negocio.