EL ESCAPARATE DE TU NEGOCIO. ¿pORQUÉ INVERTIR EN VISIBILIDAD?

Internet ha cambiado radicalmente nuestras vidas; la manera en que vemos nuestro entorno y nos relacionamos con él ya nunca será la misma. De hecho, esto es así hasta un punto que quizás todavía no alcanzamos a comprender. Dicha transformación ha tocado desde nuestras relaciones sociales más íntimas hasta nuestro trabajo y día a día. Por eso, nos guste más o menos, hemos de hacer el esfuerzo de subirnos al tren de los tiempos y no dejar de aprovechar las ventajas que su trayecto nos ofrece. Laboralmente hablando, una de ellas es, sin duda, la publicidad en la red, que, entre otras cosas, nos regala la posibilidad de establecer una relación más humana y cercana con nuestros clientes, fidelizarlos y, al mismo tiempo, dar a conocer nuestro negocio de una forma nunca antes concebida. A continuación desglosamos las claves por las cuales embarcarse en esta apasionante aventura.
- ¿Cómo hemos llegado aquí?
- ¿Cómo funciona la publicidad dentro de la Era Digital?
- ¿Por qué el márketing online es bueno y/o necesario para tu negocio?
- Destacar en internet es salud para tu negocio
¿Cómo hemos llegado aquí?
“Usted convénzalos de que posee algo realmente beneficioso y entonces el reconocimiento de su talento no tendrá límites… por supuesto, sus motivos han de ser nobles y justos (…)
¡Qué voz! ¡Qué voz! Resonó profunda hasta el final. Sobrevivió para ocultar entre los magníficos pliegues de su elocuencia la estéril oscuridad de su corazón.”
El corazón de las tinieblas, Joseph Conrad.
Lo primero que hemos de tener claro es qué es aquello a lo que llamamos márketing o publicidad. Sus cimientos son tan antiguos como las civilizaciones humanas y están intrínsecamente ligados a la psicología y a la sociología, ciencias que estudian nuestro comportamiento como especie. Por lo tanto, podemos afirmar que el hecho de alabar y resaltar las virtudes de un producto propio ante los demás con el objetivo de que nos den algo valioso por él a modo de trueque se produjo de forma natural y prácticamente intuitiva. De igual manera, aunque tratándose de personas, ocurrió con la propaganda política, dado que, el que mejor supiera venderse entre sus ciudadanos, tenía más posibilidades de ser elegido. Y es aquí donde reside uno de los ejes del funcionamiento de la publicidad, imprescindible a tener en cuenta; tan importante o más que la calidad de un producto es saber venderlo, pues, por muy bueno que éste sea, si no obtiene reconocimiento, será desechado.
Ya en los tiempos de las grandes culturas de la antigüedad, como la egipcia, la griega o la romana, era costumbre que los comerciantes llegasen a una nueva ciudad cantando las bondades de sus mercancías a voz en grito entre quienes quisieran oírlos. Sin embargo, la moderna publicidad, como la conocemos hoy, se desarrolló gracias a un hito histórico: la invención de la imprenta en 1450, lo cual dio la posibilidad de que un único mensaje escrito pudiera llegar a una gran cantidad de gente, es decir, a lo que hoy conocemos como el gran público. Posteriormente, en el siglo XVIII, aparecieron las primeras revistas y, con ellas, los anuncios. Siempre ligados, por ende, a la prensa escrita, la información y la publicidad caminaron de la mano durante la mayor parte de la vida de esta última. Tal dinámica se prolongó en el siglo XX, con la invención de la radio y la televisión y el nacimiento de los medios audiovisuales, que incorporaron a sus programaciones contenidos publicitarios que les suministraban grandes ingresos.
Como vemos, la publicidad no se concebía desligada de la comunicación tradicional, y sus leyes implicaban unidireccionaldad, o lo que es lo mismo, el emisor de los anuncios decidía cuándo y cómo contactar con el receptor, que se situaba en una posición pasiva, desde la cual no era capaz de participar ni de intervenir en el proceso de construcción de la comunicación. Hasta ahora.
¿Cómo funciona la publicidad dentro de la Era Digital?

Antes de nada, debemos tener claro que el objetivo último sigue siendo el mismo: la venta, aunque la manera de perseguirlo haya cambiado. Dicho esto, la publicidad no ha sido una excepción a todas las transformaciones mencionadas, de modo que, por primera vez en su historia, ha sufrido un profundo cambio en el sistema de leyes que la rigen. Si con respecto al márketing tradicional hablábamos de un emisor que dominaba el canal y el proceso de comunicación y de un receptor/consumidor pasivo, en el márketing online lo que tenemos es un proceso de comunicación bidireccional, en el que el receptor/consumidor adquiere un papel activo y se relaciona de igual a igual con el emisor/vendedor. En resumen, el consumidor se ha convertido en el eje y motor de la publicidad en internet, en aquel que define el éxito o el fracaso de un producto. Por lo tanto, resulta esencial construir nuestro proceso de comunicación publicitaria en base a esto. Por ejemplo, tradicionalmente las empresas ignoraban las quejas de los consumidores o evitaban en la medida de lo posible el contacto con ellos (y podían permitírselo), ahora es todo lo contrario, pues el márketing online funciona manteniendo una relación fluida y personal con los clientes a través de las redes sociales. Escucharlos, resolver sus dudas y atender sus demandas crea fidelización y nos hace de guía para dirigir nuestro negocio a buen puerto.
Otro punto que diferencia la publicidad tradicional del márketing online son los contenidos, algo intrínsecamente relacionado a lo anterior, puesto que el consumidor, desde su posición de poder, ya no acepta un torpedeo inclemente de reclamos publicitarios sin sentido, sino que exige algo más de parte de nuestra empresa a cambio de prestarnos su atención y su tiempo, es decir, contenidos de calidad que puedan adecuarse a sus intereses, a sus hobbies, a su visión del mundo y de futuro. El márketing digital se vuelve, en consecuencia, más humano, más cercano y menos engañoso, dado que ha de trabajar las relaciones con sus clientes a través de contenidos que transmitan valores, ideas y utilidad. Con ánimo de cumplir tales expectativas y de hacer eficiente nuestra comunicación, se hace necesario entonces dirigir muy bien las campañas hacia un público determinado a quien enfocar la creación de nuestros contenidos, lo que en publicidad se llama target o público objetivo. Por poner un ejemplo, si regentamos una pequeña pescadería, lo primero que tenemos que pensar es ¿quiénes son nuestros clientes potenciales?, Seguramente familias del barrio o jóvenes adheridos a movimientos de slow food y comercio sostenible, ¿y qué tipo de contenidos podrían interesarles? Algunas buenas ideas serían: artículos o vídeos sobre recetas de pescado, sobre aprovechamiento de sobras o sobre los beneficios de comer pescado en la salud.
Ligado a estas cuestiones, está el hecho de que las campañas de márketing online se materializan, en gran medida, a través de las Redes Sociales (RRSS), que, como su propio nombre indica, son, en esencia, canales de socialización, algo que siempre debemos tener en perspectiva. Esto es, los clientes a los que nos dirigimos empleando, pongamos por caso Facebook, Instagram o Twitter, esperan de nosotros interacción, y nuestra campaña publicitaria no funciona si no se produce retroalimentación (feedback) por ambas partes mediante estas redes. Pero, al igual que sucede con el enfoque del target, también hemos de conocer las RRSS, saber para qué sirve cada una y cuál nos viene mejor dependiendo a quién nos estemos dirigiendo. Sería del todo infructuoso, por ejemplo, si tenemos una mercería, servirse de TikTok, una red social de vídeos cuya gran mayoría de usuarios son adolescentes, porque difícilmente tal público adquirirá nuestros productos o revertirá en clientes fidedignos.
¿Por qué el márketing online es bueno y/o necesario para tu negocio?

Como hemos visto hasta ahora, tener presencia en la red, y no solo presencia, sino una buena presencia, laboralmente hablando, hace, para empezar, que existamos para una gran cantidad de gente que puede llegar a convertirse en consumidora de nuestros productos y perpetrar que nuestro negocio funcione. La comunicación tradicional está obsoleta, hoy toda buena campaña de medios o publicidad que se precie pasa por la web, y, sin embargo, no debemos caer en la apariencia engañosa de facilidad y de “todo vale” que de primera impresión puede ofrecernos. Porque, por más que nos parezcan simples unas cuantas publicaciones en Instagram o unos tweets de pocas palabras, detrás de una campaña efectiva de márketing online existe todo un plan de trabajo perfectamente elaborado y estudiado, con sus propios plazos y su propio calendario programado. Así, en este tipo de estrategias nunca hay nada aleatorio o caprichoso; cada publicación posee un sentido, incluso la hora o el día en que tiene lugar. Por tal motivo, debemos tener muy presente que de cara a hacer márketing online eficaz no podemos lanzarnos en una carrera frenética de publicaciones sin objetivo alguno pensando que gana el que más cantidad de contenido es capaz de generar. Nada más lejos de la realidad, si superamos los prejuicios y nos ponemos en manos profesionales, veremos que las ventajas de este tipo de publicidad son infinitas.
Para comenzar, podemos poner en marcha una campaña decente con un presupuesto modesto, visto que las posibilidades de promocionarnos en RRSS con una baja inversión inicial son muchas. Además, tenemos la oportunidad de controlar el retorno de inversión como nunca antes, pues existen herramientas capaces de medir con exactitud los resultados que vamos obteniendo así como de monitorear la respuesta de la clientela. Podemos, por tanto, averiguar a cuanta gente estamos llegando, cuanta de esa gente acaba en nuestra web y cuanta ha adquirido finalmente uno de nuestros productos. Por otro lado, resulta muy atractiva la eventualidad de llegar a una gran cantidad de público que de otro modo jamás sabría de nosotros, esto es, de romper los límites que la publicidad tradicional nos había impuesto. En tal sentido, es importante medir cuantos de nuestros seguidores en RRSS son compradores, o sea, clientes reales, para evitar crear una burbuja que luego redunde en malos números para nuestro negocio, aunque este es un tema que merece un capítulo aparte.
Otro aspecto igualmente positivo es la ocasión que la web nos ofrece de anticiparnos a las malas críticas o incluso solventarlas de manera satisfactoria para nuestro negocio. Por ejemplo, antaño era complicado parar la mala reputación que un cliente descontento podía crearnos entre nuestros vecinos mediante el boca a boca, no obstante, a día de hoy y gracias a los sitios web que recogen las opiniones de los internautas, como TripAdvisor, podemos responder a nuestros clientes dando nuestro punto de vista o incluso compensarlos de alguna manera ofreciendo alternativas. En este aspecto, son numerosas las ocasiones en que el cliente mejora su percepción solo con el mero hecho de que le contestemos.
Por último, y como valor añadido, hay que considerar el hecho de que la publicidad en internet sostiene el emprendimiento gracias a la autonomía y a la ayuda que proporciona a la hora de poner en marcha un pequeño negocio desde cero o contribuir a remontarlo. Además, en este momento en el que la reconstrucción económica será un imperativo durante los próximos años, muchas empresas deberán valerse de unas herramientas digitales que les darán la oportunidad de reinventarse y subsistir.
Destacar en internet es salud para tu negocio
Algo extraordinario de internet es que da cabida a todos, ya que una buena campaña de márketing, por muy pequeño que sea nuestra empresa, nos permite destacar, situación impensable cuando las grandes corporaciones publicitarias dominaban el mercado. Hay más competencia, eso es cierto, pero también más igualdad y más libertad creativa. La iniciativa, el estudio, el talento y la originalidad son premiados independientemente de los recursos con que contemos. De igual forma, conseguir posicionarse bien en los motores de búsqueda más populares de la web no es un imposible solo reservado a unos pocos, sino que depende de nosotros mismos, del trabajo que llevemos a cabo, la constancia y la calidad de nuestras campañas de márketing online. Por todo ello, y teniendo en cuenta que hay poco que perder y mucho que ganar, el mejor reflejo de una empresa, su escaparate en términos actuales, es, sin duda, una buena campaña de márketing digital que cuide, mime y haga funcionar los engranajes del negocio.
